Los caminos bifurcados. Esto llevaría a la demencia a cualquier ser del universo, no solo a mi.
Mirá toda esta danza forzada, todo este simulacro de belleza.
¿A dónde fueron a parar los hombres?
¿En qué momento se apagó la estrella polar austral?
Tal vez sigue prendida, pero no podemos verla enganchada de un cielo anaranjado de calles y veredas de avenidas anchas abarrotadas de bocinas y maldiciones rebotando en los timbres de las casas y en las rejas de los edificios altos, rogando entrar a dormir un rato, a descansar la voz sangrante, a relajar los músculos y sonar los huesos.
De los pies a todo el cuerpo.
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