por Lautaro Aguilar

Escritura espontanea, vómito verbal, teatro, filosofía y vida.

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sábado, 5 de febrero de 2011

Nena Rozza

Hace tanto que te respiro en todos lados
que te extraño y no te extraño
que quiero tu cuerpo al lado mio para poder observarlo
analizarlo...
Es que quiero comprender como cabe semejante grandeza en una masa tan poco flexible... Tan dificil de adaptar a la inmensidad... ¿Cómo no te rompiste? Debés estar llena de estrías. Estrías doradas, mágicas, indicadores de tu crecimiento desmesurado. Digo, estrías en el alma. Por que tu cuerpo es símbolo, tu cara es símbolo. Por que no podés ser preciosa, y a su vez grandiosa... ¿Cómo hacés?
Odio este nivel exagerado de claridad en mis palabras.
Pero tienen que saber que jamás van a ser capaces de comprender
la complejidad de un amor saldado, de un amor vivido, siempre
abierto, siempre cerrado.
Las luces rebotan sobre tu piel, que es un espejo del mundo que te rodea. Un reflejo. Tus párpados se ven agarrotados, se ven cargados de escombros del futuro y del pasado, tu alma es magnetismo de lo bueno y de lo malo. Sos el equilibrio de mi vida, que nació en un mar verdoso bajo la lupa de un Poseidón furioso que encaminaba los rayos del sol hacía otros lares. Sos el equilibrio de mi vida, que vivió diluida en húmeda inmensidad, hasta que te vio venir a lo lejos a vos y a tus reflejos y a tus luces, haciendo colores en las retinas.

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