por Lautaro Aguilar

Escritura espontanea, vómito verbal, teatro, filosofía y vida.

Leé +

lunes, 14 de febrero de 2011

Existir por existir. Por un ratito y nada más. Diaj. Puaj. Gluaac

Perder el raciocinio por un momento
¿Sería una respiro?
¿O reacomodarse después sería peor que continuar siendo un sometido consciente?
Estoy ciertamente enojado con las personas que, ante todo, son serviciales, que enfrentan su vida sonriéndose por el césped, y no por el pasto salvaje, que aburren de sonrisas o de miradas malditas en los boliches mersa de Lomas de Zamora. Miradas de mujeres... O de mujercitas, que te dicen: ¡Por Dios! ¿Qué estás haciendo? Y vos... Nada. Existiendo. Que se yo. Los flacos andando con los brazos, o sueltos o atados pero alguno de los dos, posando en su rostro una máscara endurecida por el viento frío de la tormenta que se viene. De la tormenta de sollozos, de lágrimas escondidas. ¿A quién le puede gustar pertenecer a ese mundo? Ser un ciudadano, con todos sus derechos y obligaciones, de la más estúpida sociedad, de la cultura más podrida, más mugrienta y parásita. De un Hombre desatendido que ahora vuelve a la revancha enojado. Esto es venganza. Y si, me doy cuenta, y ya me había dado cuenta, que la venganza no sirve más que para fundirse en el verde agreste contaminado por nuestra suicida naturaleza humana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario