Tregua de un combate
obligada tarea
una vez hay que luchar
tus ciènagas ocultas
me hicieron resbalar
pero lo tierra me acogió
suave como la pluma
picada como el mar
y yo fui dúctil
amoldarse a otro ritmo
viene bueno esta vez,
es que al parecer
no sos la ùnica que sabe
darme placer
no sos la ùnica, ya no.
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