La soga marítima que surcaba la isla negra
se deslizaba inasible por toda la cuenca
la gente gritaba por todos lados
y se entremezclaba
como ramas café en el espacio inundado
Cualquiera que observó desde allí
vió, como desde el fondo de una pileta,
sin poder respirar
las luz liviana detrás de toda la espesura...
más que dolor sentir que el agua pese tanto
que uno no pueda levantarse.
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