por Lautaro Aguilar

Escritura espontanea, vómito verbal, teatro, filosofía y vida.

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viernes, 2 de diciembre de 2011

Tempestad risueña

Un andar inseguro, que se apacigua en añeja furia detrás de olas escénicas, luces y vestuarios que disfrazan el corazón roto y los miedos eternos. Preguntas que no serán saldadas en la proximidad se esparcen por el espacio invadiendo los resquemores ajenos, generando un encuentro invaluable, un acercamiento ciego (Sin nudos, sin ojos vendados, pero repleto de eufemismos, para cuidar el delicado alma).

Jugarreta seria que enaltece el cuerpo, que lo hace andar a uno erguido y con los ojos fieros. El cuerpo acelerado, la excitación de las rosas rojas imaginarias cayendo sobre los pies descalzos. Y la persona más hermosa observando todo desde la platea, de pie con una sonrisa.

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