El tormento fue semilla de un nuevo universo
con sus respectivas miles de millones de estrellas
y sus planetas favoritos premiados con la más confiable vacuidad
y sus astros más repugnantes, repletos de una vida arrasadora, destinados a la muerte y a la destrucción, a la injusticia y a la soberbia de alguna especie que más que racional es su propia predadora. Una especie como la madera prendida fuego.
Seriamos un experimento cuasi mágico para algún biologo planetario que nos observase, desde lejos,
con un telescopio inhasible por nuestras cabezas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario