Pensar en el torbellino de tus filamentos
envueltos entre mis garras, que te toman con secreto desenfreno,
en la profundidad de tu paisaje.
Se podría nadar por siempre en la vastedad de tu bravura.
Y
tus suaves formas que hipnotizan mi moral
y
la hacen a un lado,
me embeben en siniestro néctar que alimenta
mis más arriesgados caprichos
Cuando camino debajo de los árboles
y
miro al cielo escaparse de mis ojos entre las ramas secas
pienso en como todo se mueve
y
como vos navegás por variantes
confundiéndote en los paisajes más agrestes
deseando algo que creés mejor que sobrevivir: Pertenecer.
Y
yo pertenezco a tus puertas cerradas
A tus deseos fugaces
y
a tus ausencias
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