por Lautaro Aguilar

Escritura espontanea, vómito verbal, teatro, filosofía y vida.

Leé +

jueves, 19 de agosto de 2010

Sufrir hay que sufrir

Este cuerpo nos funciona como custodio de nuestra libertad. Ella, hace añares ya, fue sentenciada por alguien indeterminado que decidió, por el bien de nadie, mantenernos en constante insatisfacción.
Cigarrillos sueltos hechos humo y vueltos perjuicio en mi cuenca. Fluyen ahora divertidos, salpicando entre mis aurículas y ventrículos, apaciguados en su interior, siendo concientes de la libertad que su dios les encendió. Pagó los impuestos debidos, los procreó copulando entre saliva y aire succionado, viciado de desenfoque y tumulto, y los ingresó al sistema, el cual se mostró placenteramente reacio a su destrucción. Entonces... ¿Somos sobrevivientes por naturaleza o puramente autodestructivos?
Se pierde la inspiración cuando la musa del dolor se desvanece. Tal vez se oculte detrás de nuestras orejas, para poder estar protegida desde la distancia, y a su vez poder arañarnos con palabras lascivas y avergonzantes... Por que no nos quiere nada el dolor, solo busca evidenciarnos heridas que podrían pasar perfectamente desapercibidas, para permitirle a los gérmenes asesinos penetrar más profundo, generar efectos duraderos. Es como un cáncer, al que elegimos no afrontar por convención.

No hay comentarios:

Publicar un comentario