por Lautaro Aguilar

Escritura espontanea, vómito verbal, teatro, filosofía y vida.

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jueves, 12 de agosto de 2010

Ojo al piojo

Rotunda insanía, carne trémula y podrida, estamos todos rotos. ¡Todos! Mejor que nos detengan por que acabaremos cada molécula, arrasaremos con las cosechas de nuestra madre... Traidores ¡Y nada más! Asco, deberíamos.
Ay! Y que va a ser de vos, mi amor... ¿Cómo serían nuestros hijos? No se, no los quiero... Por que aunque fuesen los más lúcidos estarían absolutamente limitados, les cortarían las alas y luego las pisarían y les harían pis encima, para que no puedan volver a reinplantarse, como algunos miembros que se te caen y logran volvértelos a poner.

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