por Lautaro Aguilar

Escritura espontanea, vómito verbal, teatro, filosofía y vida.

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martes, 6 de julio de 2010

Centro de Quemados

Aprendí a sufrir. Aprendí a sufrir de forma terriblemente moderada y constante. Sentí por primera vez un determinado tipo de tensión que no se había generado jamas en mi musculatura, y me duele... Por que a los músculos hay que acostumbrarlos a moverse así. Es que tenías unos cuantos cables pelados que yo fuí a tocar cuando recorría te cabello, y me electrocuté al punto de quedar frito y algo incinerado, me salaste y me comiste con emoción, pero no te gustó el sabor, y así... quemado, como esa gente me dejaste, la que veo como figurita repetida todos los días en el tren. Pero conozco gente, a la que apunto con ganas e interés, que tiene la cura para sanar mi piel. Y por eso, soy feliz y tengo ganitas.

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