Hijos

Se detuvo a observar detrás de la vidriera, escondiéndose entre los maniquíes color esmeralda. No estaban vestidos aún, así que si Tobei hubiese volteado, tal vez la hubiera visto allí, en una situación tan ridícula y la hubiese abrazado riendo, preguntandole por que hacía eso y ella "no se, no se". Emma pensaba que se hubiese reído de ella Tobei, pero no era así, Tobei nunca se reía de ella.
De todas formas, no pensó, decidió no detenerse demasiado a meditar al respecto, simplemente sintió irrefrenables ganas de ocultarse, y así lo hizo. Lo vio pasar velozmente frente a ella, él con una sonrisa de oreja a oreja, de esas que a ella tanto le gustaban. Lo dejó ir. Tuvo miedo de olvidar sus gestos para siempre, pero eso no fue suficiente. Emma estaba decidida. Se volteó luego de suspirar por última vez en nombre de Tobei, y se dirigió presurosa al cuarto de baño, como si nada hubieses sucedido. Caminó decidida, como si el piso pudiese llegar a sentir su seguridad. Es que lo tenía todo digitado.
Cuando al fin estuvo en la puerta del tocador (es que le resultó eterno) sintió algo de miedo, un poco trastabilló, si. O eso me pareció a mi, pero algo le pasó. Abrió temblorosa la puerta como si el mundo que le esperaba allí dentro fuese un apocalipsis donde sus dioses la iban a juzgar, siempre queriendo adivinar las cosas antes de que sucedan. Y entró. Creo que el miedo tenía que ver con el hecho de que allí adentro, sola, ella se liberaba. Digo, en los baños. Podía hablar consigo misma y comentarse cosas, y ser su propia amiga. Y como buena amiga suya que era, a veces se decía cosas que la incoformaban, pero las evadia, sentía que Tobei, tan encaminado y estructurado pero extrañamente artista, era quien le hablaba al oído murmurando "adelante, hazlo ahora por que tal vez después sea demasiado tarde". Ella tenía sus tiempos, no le gustaba que se metiesen en el medio de su organización de vida (por que no se sorprendía, le gustaba prevenir absolutamente todo lo que le iba a pasar en el futuro). Pero esta vez el peso era insoportable. Y el objetivo era otro. Entró, tuvo una larga conversación consigo misma, y salió hecha otra persona. Salió decidida a ser ella con ella sola.