Hembras

Lineas curvas perfectamente dibujadas, precisas, divinas. Delicadeza por doquier, cuadrados de marfil que repiquetean al acercarse y alejarse en una cueva de caricias húmedas. Partículas que juntas se ven lisas con coloraciones variadas, pequeños cubículos con graciosas bolitas, de estas verdes y blancas y marrones con las que nos solíamos divertir en los recreos, cutículas suaves y brillantes como el agua cristalina donde gusta reflejarse distorsionado mi rostro y mi alma, hilos a veces alargados y otras cortos, anchos u estrechos, pero siempre o casi siempre suaves y con fragancia a rosas o a áloe vera. Seda gomosa y suprema, deliciosa de masticar y de marcar con el contorno de una esponja que te absorbe, como la sal para darle buen sabor a mi ser, como el agua para renovar mi sangre, como el alimento para resistir, como la vida para existir.