por Lautaro Aguilar

Escritura espontanea, vómito verbal, teatro, filosofía y vida.

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miércoles, 25 de enero de 2012

No-hora

Hay un tumulto nocturno en el aire.
Ondeando eléctromagnético se respira.
La energía inquieta del ser embravecido
que sabe contemplar el horizonte vivo
en el que existe a cada paso
está así
consciente del ahora.
Esto lo hace todo más gigante, más precioso, y más propio.
Saberlo, saberlo también todo lo demás, ahora, como uno mismo, saberlo compartiendo el mismo momento desde siempre y para siempre en el ahora. Mucho más íntimo, claro, más personal, más querido, mucho más mágico... La magia está acá, el escepticismo nunca fue muy abundante, y nadie murió en el escepticismo. Al fin y al cabo, lo único que buscamos en nuestra soledad, en nuestro silencio a la sociedad y a los amigos, en nuestro cuarto cerrado, en nuestro espejo del baño, en las calles completamente vacías y en los sueños es la magia, tumulto nocturno en el aire, que hay en nosotros mismos.

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