por Lautaro Aguilar

Escritura espontanea, vómito verbal, teatro, filosofía y vida.

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martes, 6 de diciembre de 2011

Soñé que me morí

Soñé que me morí
estando despierto
sentí la pena del quirófano
sin anestesia
Mis ojos abiertos
mis poros
mi recuerdo
a flor de miel
estimulado desde
todas las direcciones
Rostros nuevos y viejos
recorriendo mi desvencijado ser
considerándome un niño ambiguo
algo añejo
Una sonrisa cálida
para prestar la calma
un abrazo compartido
y muchas certezas inequívocas
del corazón y las manos
y los cuerpos rozándose
en juguetona danza
una noción compartida
de eternidad en el otro
una confusión sujeta
a vestiduras mentirosas
que obligan a mirarse
y a no mirar.
Con nada de esto tiene que ver
mi sueño
que trata más bien
del todo acabado
del ser humano animal
que se termina
que no se sacraliza ni se pregunta
que se cuestiona
solo para estar mejor
en la vida que está llena de vicios
(que estaría bueno siempre asumir,
para seguir buscando estar mejor,
y no morir en la costumbre).

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