por Lautaro Aguilar
Escritura espontanea, vómito verbal, teatro, filosofía y vida.
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lunes, 19 de julio de 2010
Titular
Perdí la compostura. Me libre al azar, me dejé arrastrar por la corriente de emociones, me confundí, me sofoqué, temblé y finalmente, luego de muchos acontecimientos parecidos a los que ya nombré, me detuve y pensé. Y fue tan magníficamente aliviador. ¡Es increíble como uno llega a perder la cabeza en las fauces de los sentimientos! Pero resulta que se puede resistir, se puede luchar para estar bien, o se puede decidir ser tu propia victima y victimario. Pensé en lo complejo de la mente humana, en lo individual del entendimiento, en la biología, en la psicología, en las matemáticas y en el arte. Pero finalmente me realicé. Me di cuenta que las respuestas son inmanentes al ser humano, y entre limitaciones de cualquier tipo y el desgano y la desidia y muchas cosas más, termina por no verlas fácilmente, pero es claro: Uno, en el fondo, sabe.
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Como dice Platón, estamos embarazados de conocimientos desde el día que nacimos, es cuestión de ir pariéndolos de a poco!
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