por Lautaro Aguilar

Escritura espontanea, vómito verbal, teatro, filosofía y vida.

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miércoles, 21 de julio de 2010

papá pa-pá papá

Tía Choli (aunque ya no recuerdo todos tus nombres, tenés mil identidades para nunca hacerte cargo de nada y poder huír de todos lados):
Tengo mucho que decirte, y te lo voy a largar de golpe, ya estoy alto de tus rodeos y los mios, a ver... ¡Esto no es uno de estos lugares donde se doman caballos! Adecuación, por favor. Es esto:
Ahora resulta que querés ser igual a mi. Te robás mi discurso y mis costumbres, te las adueñas y decís que siempre fueron tuyas. Como los oligarcas, que llenan su boca de un palabrerío malicioso para justificar sus posesiones, alegan trabajo, cuando lo único que trabajaron fue la musculatura de su lengua para decir toda esta sarta de idioteces, ahi estás vos... Como Macri, ¡Puaj! ¿Qué te diferencia? Yo creo que el también se cree lo que dice, pobre infeliz. Ejercitando tu cerebro para comprender toda esta sarta de idioteces, por que siempre lo fueron para vos o eso decías. Y vos sintiendo tanto orgullo de tus logros, te adjudicás todo tu éxito, y si pudieses escucharme un rato otra vez te diría que me das asco, si. Te diría "Me das asco", todo resentido con vos. Por que todavía duele, pero estoy seguro que sana. Tuve una larga conversación, el otro día a la madrugada, conmigo mismo y todo pareció más claro. El debate todavía continua, no lo puedo negar, pero aunque sea me voy tranquilo de no haberte robado nada, todo lo que tomé prestado ya lo tiré (ni vos lo querés), ahora me quedo con los buenos recuerdos, por que siempre hay buenos recuerdos.
Y eso nomás.

Suerte y saludos a tu familia, que andá saber si la vuelvo a ver.

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