¡Joven y con todo el futuro por delante!

Todo cae por su propio peso. No se puede lograr equilibrar la balanza. Mejor no empecinarse, y no perder las ganas. Las sonrisas viajeras de vez en cuando se dan una vuelta, aunque tengo la certeza de que un día llegan y se quedan, pero se esconden para sorprender de a ratitos a los desprevenidos. Me dijo alguien, sin darse demasiada cuenta de lo magnifico de sus palabras justas y adecuadas, que hay que tocar fondo para saber lo que es la felicidad. Era cierto, pero estando en el fondo se oía desde lejos y no se entendía mucho, o no se quería entender. Uno a veces tiende a ser un poco masoquista, a querer hacerle honor a su pena y llorar y llorar y llorar. Pero la superficie, damas y caballeros, resulta, de forma impactante, muy esperanzadora.