por Lautaro Aguilar

Escritura espontanea, vómito verbal, teatro, filosofía y vida.

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martes, 20 de julio de 2010

de Barro y Soplidos, como el Lobo Feroz en los tres chanchitos.

Me gustaría tener algo interesante que contarte. Digo, algo verdaderamente interesante. Pero la realidad es que voy a repetirte lo que ya fue, millones de veces, dicho. Lo voy reelaborar, tal vez. Si estoy inspirado, tal vez lo embellezca y le otorgue cierto nivel, elegancia, para que te sientas importante por comprenderlo e interpretarlo. Pero, ciertamente, yo no me diferencio en nada de vos. La realidad es que somos seres humanos con la misma percepción, el mismo ideal: lograr llegar a la meta. El tema es que cada uno se plantea un objetivo diferente. Yo quiero subirme a un escenario, vos querés conocer el amor, o vos querés ser un intelectual reconocido, o un fisiólogo, o un adinerado, o hacer la revolución, o tener una empresa gigante. Y a ninguno de nosotros nos limitan nuestros, supuestamente, arraigados principios a la hora de conseguir lo que queremos. El fin justifica los crímenes, egoístas. Y a veces, ¡Oh, sorpresa! Me detengo un momento y surge un pensamiento terrible terrible. "¿Qué es esto? Si esto es ser humano, la verdad que Diós se fue a la concha de su hermana cuando nos creó".


Y el señor Dios formó al hombre del polvo del suelo y sopló en sus narices el aliento de la vida, y el hombre vino a ser alma viviente

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